8.11.09

LA LÁGRIMA

Cuando cae una lágrima, un fragmento del alma viaja con ella a través de la fisionomía del que la llora; cae fuertemente y robusta si el dolor es grande, si el enojo es intenso, si la bronca no se marcha.
Si cae más delgada y liviana, no significa que el dolor no sea profundo; solamente que hay muchas más lágrimas que necesitan salir a la luz, renacer en lo más recóndito de un ojo para exiliarse de quién sabe dónde vienen...
Todas son transparentes: suelen ser tan incoloras que casi no las podemos ver, pero se sienten de manera tan intensa que hasta pueden llegar a adquirir colores e incluso formas (atención con esto).
La lágrima brota, empieza a rodar lentamente... mejilla abajo, veloz y sagaz. Atemporal.
La gota de líquido proveniente del interior, que no ha sabido apagar el alma en llamas.
Una vez que supo rodar por todo la extensión del rostro, cae y se evapora, se convierte en aire.
¿A dónde vas lágrima, cuándo te caes?
La lágrima que se fue, se lleva consigo un momento o una emoción, porque hay lágrimas dolorosas y lágrimas de alegría; éstas últimas saben surgir cuando el corazón sonríe.

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